El camino portugués por la costa es una maravilla dentro de las Rutas Xacobeas. En este post te presentamos una breve descripción de su historia y de sus etapas. En próximas entradas iremos desgranando sus múltiples atractivos.
La ruta es en general llana y transitable todo el año, discurre entre acantilados, montes y estuarios. Se inicia en la importante ciudad de Oporto y atraviesa ciudades como Póvoa de Varzim, Viana do Castelo, Esposende, A Guarda, Baiona…
El río Miño espera a las puertas del territorio gallego a los peregrinos que vienen desde Portugal. Durante siglos la principal opción era desviarse hacia el interior dirección a Tui, pero siguiendo el recorrido por la costa al llegar a tierras gallegas se puede hacer de una forma diferente: desde la localidad de Caminha, tomar el ferry hasta a A Guarda.
El Camino Portugués por la Costa es una ruta reconocida como itinerario jacobeo desde hace muy poquito tiempo. Este itinerario recorre los 280 kilómetros que separan Oporto de Santiago de Compostela en varias etapas que discurren próximas al mar. Por tanto, son varios los atractivos de esta ruta: los paisajes naturales próximos a la costa y la tranquilidad de una ruta poco conocida por el momento.
A pesar de ser reconocido como tal desde hace poco, la historia de esta ruta es tan antigua como la del Camino Portugués clásico. Comienza a principios del siglo IX con el descubrimiento del sepulcro del apóstol Santiago el Mayor que generó, no solo desde Portugal sino también desde toda Europa, una oleada de peregrinaciones asentándose así las varias rutas del Camino de Santiago o Ruta Jacobea. Pero la importancia y número de estas peregrinaciones aumentaron en el siglo XII con la independencia de estas peregrinaciones aumentaron en el siglo XII con la independencia del territorio y el nombramiento de Alfonso I como rey de Portugal.
Desde Portugal son varios los itinerarios que se pueden seguir para llegar a territorio gallego y que están marcados por trazados heredados de los romanos. El ir y venir de caminantes estableció lazos de unión entre los dos territorios de carácter no sólo religioso, sino también de interés económico y cultural. El ejemplo de numerosos reyes, clérigos y nobles contribuyeron a asentar la devoción jacobea en el territorio luso que fue en aumento con el paso de los años. Algunas de las peregrinaciones más célebres y que se encuentran documentadas son las de doña Isabel de Portugal, la “Reina Santa” que ofreció su corona ante el altar de Santiago y fue enterrada en Coímbra con el bastón de peregrina. O el rey portugués Manuel I, que peregrina a Santiago en 1502 y ordena en Compostela que una lámpara alumbre día y noche el templo santiagués.
Esta travesía costera era también utilizada por peregrinos procedentes de países de ultramar y que llegaban a puertos portugueses desde los que emprendían la marcha hasta Santiago de Compostela. Por eso el Camino por la costa, junto con el Camino Portugués clásico y el de interior son trazados jacobeos reconocidos. Al Camino por la Costa también se le conoce como Camino Monacal por los numerosos monasterios que se encuentran a lo largo del recorrido, pero entre todos ellos destaca el Monasterio de Santa María de Oia, un monasterio cisterciense del siglo XII erigido en el pueblo de Oia, en Pontevedra, y que tuvo una gran influencia en el sur de Galicia y norte de Portugal. Era paso obligado para los peregrinos que hacían esta ruta.
Como el resto de las rutas jacobeas en el siglo XVI comenzó a experimentar un lento declive y ahora, en el siglo XXI se intenta su rehabilitación y recuperación ya que, por sus características, los paisajes y el rico patrimonio artístico, es una ruta muy atractiva.
No olvides pararte a ver
No te olvides de probar
No olvides tener en cuenta
En la localidad de Fão es común encontrarse con peregrinos que han abandonado el Camino Portugués del interior para adentrarse en esta variante por la costa proveniente de São Pedro de Rates.
En esta etapa abandonaremos las playas y vistas al mar, pero será sólo durante los poco más de 25 km que dura esta etapa.
Además, no estar cercano al mar no quiere decir que no disfrutemos de unos paisajes dignos de admiración, como el camino hasta el cauce del río Neiva y el casco antiguo de la localidad de Viana do Castelo, final de esta cuarta etapa del Camino Portugués por la Costa.
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No te olvides de probar
No olvides tener en cuenta
En esta jornada no pisaremos ninguna playa, pero no te preocupes, volveremos en la siguiente etapa, mientras disfruta de los grandes paisajes que nos deja el río Neiva y sus caminos de acceso.
En el inicio de esta etapa, Viana do Castelo, tendrás que seguir el trazado indicado la costa para seguir caminando acompañado de las playas y el mar.
No olvides pararte a ver
Torre del Relógio (Caminha)
Iglesia Matriz (Caminha)
Fuente de la Plaza de la República (Viana do Castelo)
Edificio de la Misericordia e Iglesia (Viana do Castelo)
Puente Eiffel (Viana do Castelo)
No te olvides de probar
Pescados: Salmón, trucha, lenguado o sardina
Caldeirada à pescador
Cabrito estofado o asado al horno
Los caminhenses y las mokas
No olvides tener en cuenta
En esta etapa nos volvemos a encontrar con una bifurcación que nos divide el camino en dos, por el interior y por el litoral. Nosotros recomendamos realizarlo por la costa ya que te permite apreciar el paisaje costero de Portugal.
Al fin llegamos a Galicia, tras atravesar el río Miño en ferry para abandonar Caminha. En esta etapa conoceremos los tramos de gran belleza que nos deparará la comunidad gallega, como el Monasterio de Oia o la villa marinera de A Guarda.
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No olvides tener en cuenta
Los horarios del ferry. El primer transbordador sale de Caminha a las 10 de la mañana (11h sábados y festivos), y luego cada hora en punto hasta las 19h, salvo si hay marea baja; además los lunes no hay servicio por descanso semanal. La travesía dura unos 15 minutos y el billete cuesta 1,50 euros por persona, con un suplemento de 0,50 euros si llevas la bicicleta.
Destacar en esta etapa la localidad de Baiona, una villa con hermosas vistas donde muchos peregrinos deciden dar por finalizada esta séptima etapa para poder disfrutar de la localidad mientras que, otros peregrinos, deciden proseguir hasta la localidad de Ramallosa.
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No olvides tener en cuenta
Los bicigrinos deben seguir por el carril bici que va en paralelo a la carretera PO-552, bordeando la costa hasta Baiona y un poco más allá, por un recorrido fácil y sin desniveles. Al ir siempre junto a la carretera deberán prestar mucha más atención a posibles peligros.
Decisión importante la que debemos tomar en esta penúltima etapa de nuestro camino por la costa. Desde la localidad de Ramallosa podremos llegar a Vigo por el Camino Oficial, siguiendo las determinadas indicaciones en forma de flechas amarillas, o, continuar por el tramo cercano al mar y seguir disfrutando de las vistas que nos ofrece el océano Atlántico, que estará marcado por flechas de otro color, el verde.
No olvides pararte a ver
No olvides tener en cuenta
Esta variante por el litoral servirá para despedirnos adecuadamente de las playas y de la costa atlántica, pues a partir de la siguiente etapa ya no veremos el mar. Tendremos las islas Cíes en el horizonte durante la etapa para poder apreciar su belleza.
En esta etapa tendremos la oportunidad de ver apreciar una de las mejores vistas hacia la ría de Vigo ya que caminaremos por un trayecto sobre la Senda da Traída das Augas. Además, esta es la última etapa antes de adentrarnos en la etapa nº22 (Redondela – Pontevedra) del Camino Portugués principal, que abandonamos muchos kilómetros atrás en la localidad de Oporto.
Redondela es un pequeño pueblo pesquero con mucho encanto que se encuentra en plena ría de Vigo, tras el famoso Puente de Rande. En ella podremos encontrar una gran variedad tanto de patrimonio civil como religioso, destacando el convento de Vilavella y varios pazos y casas señoriales.
En cuanto a su entorno natural, bajo el Monte Penide encontraremos innumerables zonas verdes y playas de fina arena como la de Arealonga, en pleno casco histórico de la villa.
Habitantes Redondela: 29.909
No puede abandonar Redondela sin probar sus tradicionales chocos. En esta villa costera son muy importantes los pescados y mariscos extraídos de la propia ría. Sin olvidarnos que todo buen plato deberá estar acompañado del magnífico vino Albariño.
Fiestas y Romerías:
No olvides pararte a ver
Estamos ante una etapa corta de alrededor de unos 19 kilómetros, con muy poco desnivel y con buena señalización. Lo más razonable es terminar la etapa al recorrer los 19 km justo a la llegada a Pontevedra, puesto que esta ciudad cuenta con un gran patrimonio histórico, concretamente el segundo de Galicia, por delante solo tendría a Santiago de Compostela.
Pontevedra presume de ser el segundo casco urbano más importante de toda Galicia, solo superado la zona monumental de Santiago. Es por ello que la gran mayoría de peregrinos hacen un alto en esta pequeña ciudad para recorrer sus rincones y calles empedradas, destacando sobre todas, la plaza de la Peregrina y su Santuario.
A pesar de no ser una gran urbe, Pontevedra fue premiada en varias ocasiones por ser una de las mejores ciudades europeas para vivir, siguiendo criterios de accesibilidad, movilidad, riqueza cultural y nivel de vida. Por ello se la considera la capital de las Rías Baixas.
Pontevedra ofrece una oferta gastronómica muy variada, concretamente destacan los mejillones, las ostras, las almejas, las cigalas y las zamburiñas, todas ellas de la propia ría.
En cuanto a su lado más dulce, es muy típico un postre de hojaldre relleno de almendra, huevo y yema. Encontrará muchos establecimientos que los tengan a la venta.
No nos podemos olvidar que estamos en tierra de las Rías Baixas, pudiendo por lo tanto degustar su vino con denominación de origen Rías Baixas , perfecto acompañante para una gran comida.
Fiestas y Romerías:
En Septiembre se celebra la Feria Franca.
La segunda semana de Agosto se celebra la Fiesta de la Peregrina
La noche de san Juan también es celebrada por todo lo alto.
No olvides pararte a ver
Abandonamos la majestuosa Pontevedra por la Iglesia de la Virgen Peregrina, uno de los monumentos más característicos de la ciudad, para adentrarnos por numerosos pueblos y aldeas característicos del rural gallego. Nos cruzaremos en varios puntos con la carretera nacional, zigzagueando entre pequeñas aldeas que nos acompañarán durante todo el trayecto.
De nuevo tendremos que soportar la compañía de la N-550, pero recorreremos los escasos dieciocho kilómetros que separan Caldas de Reis de Padrón entre entrañables aldeas con el sello del Camino. Cambiaremos en el día de hoy la provincia de Pontevedra por la de A Coruña, muy cerca ya de la capital de Galicia.
Por fin el destino está muy cerca y pronto verás por primera vez las torres de la Catedral desde o Monte do Gozo. Callejeando por la zona monumental avanzarás con el nerviosismo de alcanzar la Plaza del Obradoiro y sentir la satisfacción de haber cumplido el objetivo.
Aprovecha para visitar todos aquellos monumentos que, además de La Catedral, componen a la grandiosa capital gallega.
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