En el pueblo pontevedrés de A Estrada, se ha llevado a cabo el Proyecto Galiat 6+7 para demostrar los beneficios del seguimiento de la Dieta Atlántica sobre la salud metabólica.
Este ensayo clínico realizado por el Grupo Clínico Galicia-Atlantic Diet (Galiat) y que ha sido premiado por la AECOSAN, ha conseguido demostrar que la Dieta Atlántica reduce la grasa corporal y el colesterol.
La iniciativa del ensayo clínico surgió por un trabajo de la delegación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Pontevedra, que investigaba moléculas funcionales en productos autóctonos gallegos como las berzas, los grelos, las nabizas, los mirabeles (una variedad de ciruela), distintos tipos de vino, queso típico gallego, las habas o los mejillones de la ría.
Involucró a especialistas del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela de análisis clínicos, epidemiología clínica, nutrición pediátrica y al centro de atención primaria de A Estrada, que ha sido galardonado como el mejor de España en los últimos cinco años, según los premios BiC.
Otro aspecto importante fue la involucración del ayuntamiento, los comerciantes, los restauradores, la radio local y de 6 empresas alimentarias gallegas.
En total, participaron 720 personas de 250 familias en los 6 meses que duró la intervención nutricional. Se dividieron de manera aleatoria en dos grupos: 127 familias recibieron productos de la Dieta Atlántica y 123 siguieron con su alimentación habitual.
Además, las familias del primer grupo participaron en una formación de educación nutricional y gastronómica y se les entregaron materiales de apoyo.
Durante el estudio se medía, pesaba y extraía sangre a los participantes para medir diferentes parámetros.
Las familias del proyecto Galiat que siguieron la Dieta Atlántica, obtuvieron mejoras en las cifras totales de colesterol y de colesterol LDL, en el peso, en el porcentaje de masa grasa corporal y en el índice cintura/cadera.
La clave del éxito según la investigadora principal, la doctora María del Mar Calvo, radica en que esta dieta “se basa en hortalizas, verduras y legumbres locales complementadas por frutas, pescados y crustáceos, con consumo moderado de carne de ternera, de cerdo y huevos. Se diferencia de la Dieta Mediterránea, en el consumo diario de lácteos y los mariscos y comparte con ella las hortalizas, el aceite de oliva y las verduras”.
“El estudio se basó en los beneficios para la salud de los productos de la tierra, de cercanía, asequibles y adaptados a nuestra cultura gastronómica”.
“A pesar de no ser una intervención con el objetivo de reducir peso, pues no era una dieta con restricción calórica, las personaas participantes adelgazaron una media de 1,2 kilos porque, sencillamente, comían bien”.
Si quieres conocer en profundidad el estudio, pincha en el siguiente enlace.
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